El Día que la Tierra se volvió Pequeña

El Día Que La Tierra Se Volvió Pequeña

Cuarto Capítulo: Contacto

Luchanda se movió con cuidado pero rápidamente para conseguir introducir la ciudad en su nave. Ella esperaba que las diminutas personas fueran capaces de contenerse ellos mismos o cubrirse, porque la inercia de sus movimientos más leves sería más que suficiente para enviarles a la muerte. Ella colocó sus manos sobre una bandeja clara y puso la ciudad dentro tan cuidadosamente como podía. Una vez en el lugar colocó la bandeja en un campo de disminución de inercia que impediría a la ciudad ser destruida por movimientos. Se inclinó para mirar su nuevo premio. Incluso con este acercamiento tenía problemas para contactarse. Ella necesitaba algo mejor.

" ¿Computadora, puedes descubrir vida sensible dentro de esta bandeja? " preguntó. Poco después el ordenador de la nave contestó, " Afirmativo. Descubro 18,293 formas de vida humanas dentro de la bandeja. " Los labios de Luchanda se rizaron en una sonrisa cruel cuando oyó esto. Hasta ahora ella no estaba segura si las ciudades que ella había aplastado fueran habitadas o si habían sido abandonadas. Ahora ella sabía, y se sintió exaltada que ella había matado a muchos y miles de millones más estaban en el mismo peligro.


¿" Bien computadora, puedes colocar un holograma de mí dentro de la bandeja del mismo tamaño que la gente de dentro entonces para poder comunicarme con ellos? " preguntó Luchanda.

Poco después el ordenador dio su respuesta, "Afirmativo".

" ¡Um!, esto podría ser divertido, " dijo Luchanda con una sonrisa. Entró en la cámara Holográfica de la nave y poco después una imagen de la ciudad en ruinas apareció en la escala frente a ella. De la misma manera, su imagen fue proyectada en la ciudad...

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Ludmila sintió la Tierra sacudir a su alrededor cuando los largos dedos de ébano cavaron bajo su ciudad. Ella reaccionó rápidamente entrando en la panadería cercana antes que fuera demasiado tarde. Los otros no tuvieron una suerte así. ¡Ella podía ver afuera cómo unos lograron agarrarse en postes de la calle o extintores de incendios, pero muchos otros fueron barridos a la muerte cuándo el mundo bajo ellos comenzó a lanzarse hacia el cielo! Mientras subía sufrió algunos golpes, pero por suerte ninguno hueso roto. Dentro de la panadería había un hombre con su hijo de 12 años. Ella los conocía pues ellos poseían esta tienda y ella la frecuentaba con regularidad. Nunca en un millón de años, se imaginó que ella se encontraría aquí casi desnuda mientras la ciudad era rasgada de la Tierra por una mujer gigantesca.

Después de ser sacudida de una pared a la otra sintió la caída de ciudad entera como un elevador que se estrellaba y luego vino paz completa. Esta caída le hizo flotar en la panadería y luego abajo en el suelo cuando ésta aterrizó, que también rajó la pared del edificio. Ella podría mirar y ver que la ciudad había sufrido el daño extenso. Gigantescas grietas y fisuras habían aparecido dentro de las calles y muchos edificios se habían derrumbado. Después de unos minutos los sobrevivientes salieron para ver donde estaban. Ludmila se unió.

Ella podría mirar arriba y ver el techo de una evidente nave espacial. El techo parecía estar tan lejos como las estrellas en el cielo. Sobre cada lado de la ciudad eran paredes metálicas más alto que cualquier cosa que alguna vez existió en Polonia. Era obvio que no había ningún escape de donde estaban. Ella se unió a la muchedumbre creciente en su mayoría la calle que miraba a su alrededor y refunfuñaba en la confusión. No tenían idea de lo que iba a pasar después.

¡Ellos no tuvieron que esperar mucho tiempo para averiguarlo, porque en ese mismo momento la mujer reapareció, pero esta vez estaba dentro de la ciudad y de talla normal! Al parecer esto fue con intención de hacer la comunicación posible. La mujer se acercó a la muchedumbre y agitó correctamente, y luego habló en una lengua que unos entendidos pero muchos no, " Saludos, gente de Tierra. ¡Mi nombre es Luchanda! "

Continuará...