Madre e Hija

Madre e Hija

Capítulo 1: Dos Lesbianas

Mientras se encontraban en un paseo en la carretera, una madre y su hija tropiezan en una zona radioactiva, haciendo que crezcan y tengan un tiempo muy activo.

Si hablamos de las protagonistas de nuestra historia, entonces hablamos de Lisa, una atractiva modelo de 45 años, y de Emily, una estriper de 20 años, o una bailarina exótica, como prefieran llamarle, que recientemente ya había salido del closet.

Este era el momento perfecto para darun paseo por la carretera. Lisa no era una madre muy buena, y ella lo sabía. Ella estaba, más a menudo, ocupada en su carrera como modelo. Suponía que un momento de unión con Emily era justo lo que el doctor le ordenó, especialmente ahora. Había mucho que tenían que discutir, además de algunas cosas que Lisa debía confesarle a su hija.

A Lisa siempre le gustaba usar carreteras secundarias cuando conducía-una decisión que dio lugar a Emily. No le gustaba la interestatal y desdeñó el "viaje por carretera artificiales", como ella la llamaba. Ella creía que la única manera en que podía ver la forma en que Estados Unidos estaba destinado a ser visto era fuera de una carretera interestatal.

De todos modos, dio un giro en una región desértica. Fue aquí donde Emily y Lisa, madre e hija, decidieron entrar en discusión.

Emily la inicó cuando dijo, "¿Vamos a conversar o no?"

"El problema no es con el hecho de que seas lesbiana", dijo Lisa, "Es el hecho de que tu te volviste antes que yo."

"¡¿¡QUEEEÉ?!", fue lo que Emily pudo decir al pensar.

"Es cierto", admitió Lisa, "También soy lesbiana. Creeme, no intenté que esto ocurriera."

"¿Cuándo te ocurrió esto?", preguntó Lisa.

"Irónicamente, me di cuenta de ello desde el momento en que te concebí", explicó Lisa, "Cuando lo hice con tu padre, no lo disfruté mucho que digamos. Sabía desde ese punto que era lesbiana."

Naturalmente, fue en ese punto en que el auto decidió quedarse sin gasolina. Uno se preguntaría por qué ninguna de las dos revisó el nivel de combustible.

"Esto sucedería", dijo Lisa, "Tendremos que caminar hasta la estación más cercana. Dios sabe donde estará."

"Estoy segura que podremos conversar más de esto mientras buscamos", dijo Emily, "Es bueno saber que tengo a alguien con quien pueda conversar sobre esto."

Con esto, dejaron el auto y se dispusieron a caminar, desprevenidas del desorden que descansaba justo adelante.